Goerz Anschütz

"Goerz Anschütz" fue la marca con la que se comercializó una serie de cámaras de medio a gran formato fabricadas por Goertz y producidas entre 1896 y 1922. Esta cámara introdujo y popularizó el obturador plano focal de cortinillas, una revolucionaria innovación en el mundo de la fotografía. Ottomar Anschütz creador de este obturador, llegó a conseguir velocidades de obturación, de hasta 1/1000s, algo increíble para la época, cuando los obturadores de entonces, finales del Siglo XIX, si acaso llegaban a los 1/100s. Inicialmente, Ottomar usó el obturador en un aparato propio y así era de hecho, la única persona en el mundo que conseguía asombrosas congelaciones del movimiento.

Más tarde, Ottomar vendió los derechos de la patente de su obturador a la empresa alemana Goerz fundada por C.P.Goerz en 1886, no muy conocida por aquel entonces y que se dedicaba más a la fabricación de ópticas que de cámaras. Este obturador en "exclusiva" catapultó a Goerz, que pasó a fabricar y comercializar esta cámara, primero presentada en 1896 como Goerz Anschütz y a partir de 1905 como “Ango” (Anschütz-Goertz). Una vez caducada la patente, hubo una serie de empresas que fabricaron casi exactamente la misma cámara. Destacaron Ernemann o incluso Voigtländer, que en muchos casos compraban los aparatos de Goerz para renombrarlos como propios con la correspondiente licencia.

Esta cámara, diseñada con fuelle y fabricada en madera, viene dotada de un objetivo Dagor-Goerz F=135mm 1:65 con número de serie 206715. Girando el marco de la lente, se consigue el cierre o apertura del diafragma. La apertura del diafragma viene medida según una escala propia de Goerz que va de 4,5 a 384 y que viene a equivaler en la actual escala de f/, a aproximadamente una gama de f/6,3 a f/64. En el propio objetivo, cuenta con un cursor para ajustar el enfoque desde una distancia de dos metros hasta infinito. El objetivo puede desplazarse hacia arriba o hacia abajo y hacia la izquierda o la derecha, para lo que cuenta con dos perillas, una a cada uno de los lados del objetivo

Estos primeros obturadores de plano focal, necesitaban más de un elemento de control para establecer la velocidad y por ello estos aparatos contaban con un conjunto de controles situados en un lado del cuerpo de la cámara y que ejercían esa función. La combinación de la configuración del ancho de la ranura y de la velocidad de avance proporcionaba la velocidad de obturación. Así, en el lateral izquierdo mirando a la cámara, tiene una rueda dentada numerada que servía para regular la distancia entre las dos cortinillas del obturador (superior/inferior). La velocidad de las cortinillas siempre era la misma, pero al reducir la distancia de apertura entre ambas, se conseguían las diferentes velocidades.

Las cortinillas se tensaban con un eje situado arriba, en el mismo lateral izquierdo de la cámara donde está la rueda dentada. Junto a este eje, está situada la palanca del disparador que liberaba las cortinillas previamente tensadas.

Para desplegar el fuelle hay que tirar de dos ranuras situadas a ambos lados del frontal, mientras que para sacar y colocar la placa, también en el lateral izquierdo cuenta con una pequeña palanquita que libera el portaplaca y permite su extracción.

Es este, un aparato interesantísimo, tecnológicamente muy avanzado para la época, e imprescindible en cualquier buena colección de cámaras fotográficas, por cuanto significó un auténtico hito en la evolución de la técnica fotográfica, al haber dado a conocer y popularizar el obturador plano focal de cortinillas que luego sería adoptado (con las pertinentes modificaciones y/o ajustes) por tantas y tantas otras cámaras.